La ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó este lunes el portaaviones Juan Carlos I, atracado en Nápoles, para felicitar a los miembros de la operación de apoyo a Turquía tras el terremoto del pasado 6 de febrero y mantener un encuentro con representantes del Grupo Expedicionario de Combate Dédalo-23.

"Quiero trasladar mi agradecimiento y emoción por todo lo que nos hicieron sentir. De corazón, muchísimas gracias a todos, es algo que no van a olvidar el resto de sus vidas", dijo la ministra al personal del grupo anfibio, que estaba desplegado en el Mediterráneo cuando sucedió la tragedia. "A veces en la vida pasan cosas inesperadas como ha sido el terremoto de Turquía, y entonces se pone aún más de manifiesto la generosidad, la humanidad y la gran cantidad de horas que trabajaron, y además en esas condiciones tan extremas", agregó.

Varios militares contaron a la ministra su experiencia directa en el salvamento de personas en el terremoto y el contralmirante Gonzalo Villar le explicó que la operación en Turquía ha sido el hito más importante de todo el despliegue y ha demostrado la capacidad de España de hacer operaciones expedicionarias en la mar. "No somos una fuerza especializada, ni con maquinaria para trabajar en catástrofes, pero teníamos a 500 infantes de marina que son capaces de trabajar de forma organizada en situaciones de caos y con una vocación de servicio incuestionables", dijo.

Los que han trabajado directamente en el terremoto estaban emocionalmente tocados pero muy orgullosos de recibir el cariño del pueblo turco. "Ha sido una grandeza de nuestra gente. Cada año te encuentras a gente mejor. Es una gente excepcional, resaltó.

La ONU estima que reconstruir Turquía tras los últimos terremotos costará más de 100.000 millones de dólares

1.550 militares

El Dédalo-23 pudo proporcionar asistencia humanitaria en la primera misión en Turquía, en la que participaron del 8 al 15 de febrero. En la misión participaron cuatro buques, un batallón de desembarco, 53 vehículos, dos helicópteros y seis lanchas de desembarco, con un total de 1.550 militares (1.341 hombres y 209 mujeres), de los cuales 506 operaron desde tierra.

El contingente español rescató a un niño de siete años y a un adulto de 70, el quinto y sexto día del terremoto, cuando las esperanzas de encontrar supervivientes ya estaban desapareciendo, y también recuperó los cuerpos de 30 fallecidos. Asimismo, desescombró una superficie de más de 4.200 metros cuadrados y ayudó a la apertura de viales en apoyo a los equipos de rescate.

No somos una fuerza especializada, ni con maquinaria para trabajar en catástrofes, pero teníamos a 500 infantes de marina que son capaces de trabajar de forma organizada en situaciones de caos

Los infantes de marina apoyaron en la descarga de 100 aviones en el aeropuerto de Adana y de dos barcos con más de 1.800 toneladas de ayuda humanitaria en el puerto de Limak, y colaboraron en la distribución de 3.600 toneladas de ayuda humanitaria, 100 metros cúbicos de agua y dos toneladas de ropa de abrigo, entre otros. También escoltaron a los diferentes convoyes logísticos y equipos de búsqueda entre el aeropuerto e Iskenderun, apoyando el montaje de seis campamentos para desplazados en las proximidades y prestaron asistencia sanitaria de urgencia a 30 personas en las proximidades de la base avanzada en tierra.

Desde Nápoles, la ministra de Defensa se trasladará a Bruselas, donde este lunes mantendrá un encuentro con su homólogo alemán, Boris Pistorius, y este martes asistirá al Schuman Forum, que será inaugurado por el alto representante ante la Unión Europea para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell.